Con nueve meses...

Mi Peque con 9 meses ha alcanzado el dominio supremo de las pedorretas. Así que ha empezado a experimentar con nuevos sonidos. ¿Recordáis como suenan los cascos de los caballos al andar? Pues ese es el sonido que hace últimamente con su lengua. También hubo unos días en los que le dió por imitar al pato Donald.

Lo de estar sentado ya no tiene ningún misterio. Aunque aún no sabe sentarse solo y el paso de sentado a cuatro patas a veces tiene consecuencias no deseadas, como dar de morros en el suelo. Que no sé cómo se las apaña para salirse del área de seguridad que le preparo. Si ya os digo yo que tiene madera de hacker: siempre encuentra un vulnerabilidad en el sistema.


Con la comida seguimos experimentando. Las judias, el lenguado, el tomate, el lomo de cerdo y los fideos han sido las últimas probaturas, que han tenido más o menos éxito. Las cantidades que come son ridículas, pero de momento me conformo. Para que consienta meterse algo en la boca antes debe seguir un ritual. Y es el "espachurramiento" del alimento en cuestión con sus manos. Si no, ya puedes hacer todas las fiestas que quiera, que él no abre la boca. Pero una vez lo ha desmenuzado y lo ha probado no tiene ningún problema en que le des algún trocito mientras el disfruta con su fiesta del destrozo alimenticio. Ayer probamos el jamón serrano, y como le encanta el melón, ya tenemos solucionado uno de los platos típicos de los restaurantes de menú.

Hacer la croqueta es su pasatiempo favorito, sobre todo desde que el brazo ya no se queda atascado bajo su cuerpo. Que digo yo que tiene que ser un liberación. He notado que tiene preferencia a girar hacia la izquierda. Bien.
Si la maniobra croquetil se realiza en superficies elevadas como la chaise-longue o la cama, aparece en su carilla una sonrisa de pillo. ¿Por qué?, os preguntaréis. Pues porque durante este mes a puesto en práctica la reptación inversa. Lo que viene siendo andar (en su caso, reptar) hacia atrás, como los cangrejos. Para bajar de sitios elevados es ideal, porque cuando llega al borde las piernas llegan antes al suelo que la cabeza. Y él lo sabe, y lo practica. De ahí la cara de pillo.

La reptación inversa también tiene inconvenientes. Por ejemplo a la hora de coger el móvil de mamá para enviar whatsapps.  Porque claro, el móvil en lugar de estar cada vez más cerca, está más lejos. Se pilla unos rebotes.

Mi Peque con 9 meses continua con la idea fija de estar el máximo tiempo posible de pie. Y a pesar de no tener nada de equilibrio, hay ocasiones en las que quiere soltar una de las manos. También ha empezado a dar algún paso, pero sin encadenar más de 5 seguidos.

Respecto al extrañamiento, no ha ido a más excepto con mi cuñado y con un par de personas más que hacía tiempo que no veíamos. Sin embargo, con mi sobrina, que ha vuelto a casa despues de acabar el curso universitario y por tanto no veia desde hace bastante, no le ha pasado. Al principio le puso cara de "yo a ti te conozco pero no sé muy bien de qué" pero le duró poco tiempo.