Las compras para el bebé: el coche

A la semana de saber que estaba embarazada...

- Te he traído esto. Lo he visto en la tienda y no lo he podido evitar.

Mi hermana LaMediana me da una bolsita. La abro. Un body chiquitín, blanco. Ya os podéis imaginar que después de este body vinieron otras muchas cosas más. Y me encantó, para que lo vamos a negar. Cada dos por tres abría el cajón donde lo guardaba y me quedaba embobada mirándolo.

Lo gordo, en cuanto a compras, lo fuimos dejando pasar. Pero una vez pasadas las 20 semanas, empecé a darle vueltas al asunto. Veía que se acababa mi paro de tres meses en el trabajo y no tenía nada. Así que a finales de mayo nos fuimos las dos a cotillear por tiendas de bebés.

- Buenos días. Queríamos ver algunas cosas para el bebé, ya sabes, cuna, carro...
- ¿Para cuando te toca?
- Finales de septiembre.
- ¡Pero chica! Si eso está ahí. ¡Tenías que haber empezado ya!
- ¡¡¡¿Cómo?!!!
- Claro mujer. Piensa que en agosto cierran por vacaciones y la segunda mitad de julio como si lo fuesen. Si eliges un carro que no está en stock, hay que encargarlo. Y eso, como muy tarde, tiene que ser antes de que acabe junio. No nos podemos esperar a septiembre. Porque... ¿y si se adelanta? No, no, no, eso no puede ser.

Salí de la tienda acongojada.

- ¿A que nace mi niño y no tengo donde llevarlo?
- Pero... ¿brazos tienes, no?

¡Zas! en toda la boca. 

Las dos semanas siguientes las dediqué a investigar por internet. Aparecieron términos como maxicosi, portabebés, capazo rígido, homologación, cierre en paraguas, ergonómico... Cada página que leía añadía más dudas, pero un día llegué a un foro. Tras leer ¡33! páginas de comentarios, al fin, vi la luz. De todos los modelos que había visto, solo quedaron tres. Es el momento en que entró a jugar el futuro papá. Pero no porque no le dejase yo, ¡eh!. Fue él, el que hábilmente se autoexcluía.

- Este sábado vamos a ver carros para el bebé.
- ¿Por qué no te llevas a tus hermanas?

Y la verdad, prefiero ir de compras con ellas, porque él se cansa enseguida y desconecta. Pero en esta ocasión no iba dejarle. ¿O no iba a empujar el carro él también?

Uno de los carros lo descartamos por el precio (y, seamos sinceros, porque no vamos a ir ni a la playa ni a la nieve con el carrito, por muy apañado que sea). Así que solo quedaron 2. Y llegó el conflicto. A mí me gustaba uno y a él el otro. Para variar. Somos una pareja que no suele coincidir en algo a la primera.

Pero salí ganando. Fue fácil, pero por un fallo en cuestión de diseño del carro que le gustaba a él. Y es que el manillar, al plegarlo, se dividía en trozos, y cuando estaba montado daba la impresión de que no se ensamblaba bien y bailaba. Si no llega a ver ese detalle, aún estaríamos eligiendo carro.

Todo este rollo de post, y al final no os he contado las características de mi cochecito. Os las explico, teniendo en cuenta que a día de hoy ya lo he usado y puede decir qué me gusta y que no.

Ventajas

• Capazo grande. El niño ha ido tumbadito hasta los 6 meses. Y mi niño es grandecillo.
• Todoterreno. Tiene buena suspensión. Hemos metido el coche por caminos y ha respondido bastante bien. Sobre todo las ruedas traseras, que son grandes. Como son macizas, no hay pinchazos.
• Bolsa con gran capacidad. Cuando digo "gran" es "GRAN". Tengo tendencia a cargar como una mula cuando voy a cualquier parte, y esa bolsa es mi salvación.
• Manillar a buena altura para bajitos. Para altos, creo que no sería adecuado, porque no tiene varias posiciones.
• Fácil plegado. Quitas capazo y sillita levantando como mucho dos pestañas. Y el armazón se pliega en 2 movimientos. 
• Ruedas fácilmente desmontables y montables. Con un clic.
• Ligero. No pienso comprarme una sillita de paseo.
• Diseño elegante.

Desventajas

• Plegado es voluminoso para el maletero de mi coche utilitario. Tenemos que quitarle una rueda para que cierre bien el maletero (por eso es una ventaja que sean fáciles de quitar las ruedas)
• Inclinación de la silla. Tiene 3 posiciones, lo cual no está mal. Pero en la posición más erguida, el niño se queda un poco tumbado. Aunque imagino que eso es bueno para su espalda, él quiere en muchas ocasiones ir más incorporado y se yergue.
• Muy ancho. No entra por la puerta de casa del iaio. Otra vez a desmontar la rueda. Y en la puerta de casa de la tía directamente tenemos que desmontarlo y plegarlo si queremos entrar al postigo.
• Grandes dimensiones. que tiene que ver con lo anterior. No apto para ascensores pequeños. Hemos tenido que hacer varios viajes (primero mamá, niño y perro, y después papá y carro) en alguna ocasión que hemos ido de visita. Afortunadamente, nuestro ascensor es grande.
• La tela de la silla, aunque es transpirable, le da calor ahora en verano. Voy a tener que ponerle una funda más finita.

Yo no me considero una experta en coches, así que no os voy a dar más que un único consejo: aseguráos que os queda en el maletero del coche y en el ascensor. ¡Y por las puertas! Si tenéis curiosidad por saber qué carro es, os lo digo en privado ;-)

Para más consejos, visitad otros blogs o foros, que hay mucho escrito.

PD: dedicado a J y a B que están en plena búsqueda de carrito ;) ¡Ánimo!