Con 15 meses

Mi Peque con 15 meses no anda...  vuela! Es increíble como en cuestión de dos semanas pasó de no querer dar ni un paso sólo a no querer que le cojas de la mano. Los primeros días nos buscaba el dedo, imagino que para sentirse más seguro. Ahora ya nada. Sólo si le interesa que le sigasa  algún lado para que le cojas en brazos y le alcances a algún lugar.

Es una gracia verlo, tan pequeñín, dando esos pasitos, trastabilleando, a punto de caer, cual tentetieso. Y tiene prisa por llegar donde quiera que vaya. Lo que ha supuesto más de uno y de dos chichones ya. La situación típica que da lugar al niño de bruces en el suelo es que lo deposites tras haberlo llevado en brazos y él ya esté arrancado para salir disparado cuando tu aún lo estas intentando equilibrar. O bien cuando decide cambiar de dirección y comienza a girar al mismo tiempo que da un paso. Un lío de pies.

Parece que la primera fase besucona ha llegado a su fin. Digo primera porque espero que hayan más. Ya le puedes pedir un beso que no hay manera. Si es que no, es que no, así que no insisto. Pero de vez en cuando le pregunto, por si caer la breva. Al que casi siempre le da un beso es al iaio, así que, genial!

El oro día me pasó una cosa curiosa con los besos, pero no sé si es real. Me gustaría pensar que si. Serían en torno a las 4 o las 5am... Estábamos durmiendo, cuando de repente oí un ummm ¡ba! ¡un beso! Sólo de pensar que se giró, me encontró y enmedio de sus sueños me dio un beso, se me cae la baba...

Y hablando del sueño... Ni hay manera de que este niño tenga unos hábitos de sueño "de niño". Reconozco que la culpa es nuestra, que tampoco nos hemos preocupado en instaurarlo. Puro egoísmo. Prefiero tenerlo durmiendo unas horillas más por la mañana y tener tiempo para adecentar medianamente la casa y coger el ordenador sin que me toquetee el teclado y no que se me despierte a las 7. Pero esto tiene que cambiar, no puede ser que esté pululando hasta las tantas. Mi madre me hubiese reñido más de una vez. Así que en pasar fiestas comienza la operación "por la noche se duerme, niño!". Eso sí, paso de Estivill. Mi niño no va a llorar (bueno, si lo va a hacer, porque no querrá meterse en la cama tan pronto, pero ahí estarán sus padres para pasar el rato con él).

A mi Peque de 15 meses le duele el sufrimiento ajeno. O por lo menos el de su Goset. Hace poco, no recuerdo donde, al hilo del famoso vídeo del bebé que lloraba cuando su madre le cantaba, leí que los bebés no saben empatizar. El caso es que el Goset tiene una otitis de caballo (y mira que el chucho es pequeño...) y tenemos que ponerle gotas dos veces al día (bueno, lo hace el padre). Hay que introducirle un tubo en el conducto auditivo, así que imaginaos el espectáculo. El pobre perro se pone a llorar como si le estuviésemos haciendo muchísimo daño, y seguro que le duele, porque tiene los oídos superinflamados. ¿Qué hace el niño mientras? Intenta que no le pongamos las gotas, y cuando el Goset empieza a llorar, él también llora. Imaginad el cuadro. Si eso no es empatía...

Creo que va a ser un buen chico...