Resumen navideño

Esta mañana me he levantado resuelta a escribir sobre la primera experiencia cabalgatística de mi Peque. Pero conforme iba escribiendo iba perdiendo el interés en el tema y me estaba quedando un torro que ni yo misma lo leería. Así que he decidido hacer un recopilatorio de los mejores momentos de las festividades.

• Poner el árbol de Navidad el día de la Purísima. Hacía años que no estaba en pie tan pronto. Y lo mejor es que ha permanecido en pie a pesar del Peque y del Goset. Sólo ha habido una baja: una bola sufrió el entusiasmo de la novedad.

• Elegir los juguetes para el Peque, con el Peque. Sé que no voy a poder volver a hacerlo porque ya será consciente de lo que estará pasando, pero así me ha asegurado que le gustaban, porque ya los ha probado.

• Los #christmasblogueros. Una iniciativa surgida en twitter para enviar y recibir felicitaciones navideñas de las de toda la vida. ¡Qué ilusión cada vez que abría el buzón y veía una carta que no era del banco!

• Ir a ver el belén. Cosa que también hacía años que no hacía, creo que desde que se puso enferma mi madre...

• El sorteo de Navidad. El Gordo. Aunque sólo me devuelvan el dinero. Que ya he perdido tras el sorteo de El Niño...

• La cena de Nochebuena. Todos alrededor de mi mesa, algo apretados. Un panetone de postre en honor a la nueva incorporación italiana.

• El árbol repleto de regalos a pesar de la crisis. Y las caras de ilusión al abrirlos. ¡Y solo mi Peque es un niño!

• Preparar la comida de Navidad junto con mi hermana. Cocido con pelotas. Como lo hacía mi madre.

• La Nochevieja en casa. La primera uva de mi Peque. En singular, porque sólo se comió una.

• El concierto de Año Nuevo. Disfrutar de un chocolate con porras, con mi niño embobado por el ballet durante el Danubio Azul.

• La cabalgata de Reyes. Aunque el enano pasó del tema, sólo se animó a bailar con un par de carrozas que llevaban música. Eso sí, éxtasis infantil generalizado (e italiano) al ver a Baltasar en elefante.

• Mojar el Roscón de Reyes en chocolate la mañana de Reyes. Y que me toque el Rey y no el haba.

Pero lo mejor de todos estos momentos está el hecho de haberlos pasado con la familia.