De los controles

En la vida he ido yo tantas veces al médico. Antes del embarazo como mucho iba cuando tenía que recoger las recetas de las pastillas para la alergía, y a lo sumo si pillaba alguna gripe estomacal de esas que te impide desempeñar tu trabajo, ya que en ocasiones se sitúa a no menos de media hora del baño más cercano, y claro, no es plan. (Deme una baja, por favor!!!)

Qué sonrientes están ellas... Seguro que bajo la cofia esconden las agujas...

Así que todos los meses ahí estaba yo en la visita de la matrona. Mrs Simpatía. Después de darme la charla en la primera visita, ya sabía de que pie cojeaba, así que para qué iba a darle el gusto. Ella hacía su parte: control de peso, de tensión, preguntas sobre mi estado general...Y yo me portaba como una niña buena. Que me dice que tengo que engordar un kilo por mes, pues yo un kilo por mes.

Luego, pasábamos a la revisión de la barriguita. Esa parte era la que más me interesaba a mí. Un momento un poco... raro. Eso de que te pongan un micro de karaoke en la barriga es raro. Ahí está ella, concentrada, tú expentante, y de repente, ahí están: pumpum, pumpum, pumpum... Pero muy rápido. Música para mis oídos.

Luego llegaba la parte más tediosa. Apuntar todo en la cartilla y pasarlo todo al ordenador. La mujer, ágil con el teclado, no era. Así que...



Aparte de estas visitas, hubo otros controles:

• Analíticas de sangre y orina. 1 por trimestre. Esa es la teoría. Porque luego resulta que una tiene tendencia a contaminar las muestras de orina, así que en el primer trimestres tuve que repertírmela 3 veces!. Yo soy patosa, pero creo que no tanto. Para mí que en alguna ocasión fueron ellos los que contaminaron la muestra. Para más inri, cuando por fin se puede analizar, resultó que tenía una infección de orina. Tanda de antibióticos y nuevas pruebas. 
• Ecografias. 1 por trimestre también. En mi opinión, escasas. Supongo que por ser primeriza, pero que queréis que os diga, eso de pasar tanto tiempo entre una y otra, sin saber si todo va bien, pues a veces me podía. Así que me hice más por lo privado. Claro que para eso tienes que tener riñón. Pero bueno, se prescinde de otras cosas y ya está. Eso sí, por mucha ilusión que me hiciese ver la cara en 3D/4D de mi Peque, por ahí no paso. Que no estamos para despilfarrar. 
• El screening. Que en realidad es otra analítica, pero con más cosas. Con los resultados de esta prueba, los de la eco del pliegue nucal y los factores de riesgo que tenga una en sí misma, se obtiene la probabilidad de que el feto tenga algún tipo problema congénito. Tanto la analítica como la eco te las hace en unas semanas en concreto del embarazo, que no recuerdo exactamente. Tendré que buscar la chuleta...
• La prueba de la glucosa. Arggg... Sólo de pensarlo me empalaga. Por lo menos tuvieron la delicadeza de ofrecérmelo frío. Aunque yo soy así, y lo cogí calentujo. Soy una contradicción andante. Recordad llevaros lectura, analógica o digital, porque la hora "tú quieta ahí, sentadita" no os la quita nadie. Y luego, otra vez a sacar sangre.
• La prueba del Estreptococo B. Ésta ya es finalizando el embarazo. Ya hablaremos de ella, ya...

Pues si la memoria no me falla, ya está. Por lo menos por las que tuve que pasar yo, que tuve un embarazo sin complicaciones. Que cada embarazo es un mundo, y dependiendo de los resultados, pues hay otras pruebas que pueden ser necesarias. Pero como no las conozco, no diré nada de ellas.