martes, 10 de septiembre de 2013

Las clases de preparación al parto

Acabo de caer en la cuenta de que no os he hablado nada sobre la preparación al parto. Perdón, que ya no se llama así, ahora es educación maternal.

En mi centro de salud las sesiones eran una vez a la semana, los viernes y teníamos dos horarios a elegir, uno con cada matrona. Cada una tenía su metodología pero en ambos casos estaban estructuradas es nueve sesiones con la siguiente temática:



La lista la he hecho de memoria, ya que no tome muchos apuntes, así que puede que no fuese así exactamente. Las sesiones eran cíclicas, de manera que en mi primer día me topé con la sesión sobre el parto. Así, sin anestesia. A mis 28 semanas de embarazo. Yo, que no quería pensar en ese tema, aún.
Fui a primera hora, con LaMatrona, la que me hacia el seguimiento. La verdad es que ese horario en julio me vendría mejor, porque así luego me podría ir a trabajar y ya no tendría que dejarme las cosas a medias para ir a "clase".

Y allí estaba yo, expectante, porque no sabía qué me iba a encontrar. Y lo que me encontré fue una bronca, así, sin comerlo ni beberlo. La charla del día consistía en las señales que indican que el parto ha empezado. Cuando LaMatrona preguntó si sabíamos en qué momento debíamos acudir al hospital, una de las chicas respondió
Cuando duela mucho
¡Alma de cántaro, lo qué le has dicho! Hecha un basilisco, LaMatrona empezó a decir que las embarazadas de hoy en día no sabíamos nada, que no conocíamos nuestro cuerpo, que éramos unas blandas... De acuerdo en que muchas no sabemos nada acerca del embarazo, parto y postparto, pero para eso se organizan esas sesiones, ¿no? ¿Cómo voy a saber si no que en una primípara las contracciones deben ser cada tres minutos en un intervalo de una hora para que se considere unas dinámica activa de parto? Y que conste que mi formación es científica, cercana a la biología, y ni idea de esos temas. Reconozco que me quedaron algunas cosas muy claras, se notaba que tenía muchos años de experiencia. Pero esta mujer tiene una manera de explicarse y tratar con las personas un tanto brusca. Una persona puede ser una eminencia en un campo y no saber comunicar, y esta matrona en concreto, podía tener toda la experiencia del mundo, pero mano izquierda poca. Así que, como no me gusta que me traten con condescendencia, salí de allí decidida a cambiar de horario.

Las matronas del otro turno eran todo lo contrario. Más jóvenes, tenían un trato más agradable. Además, una de ellas estaba embarazada. La primera hora la dedicábamos a hacer algo de gimnasia (supongo que le venía bien a ella también) y después la charla sobre el tema que tocase. Vimos algún que otro vídeo, practicamos posturas para la fase de dilatación, hablamos sobre los planes de parto... todo desde el respeto y la comprensión. Si hiciesemos una analogía, estas chicas serían como el hada buena de Cenicienta y la otra, la bruja del Oeste del Mago de Oz. No me extraña una tuviese cuatro gatos en su horario y las otras tuviesen overbooking. Bueno, supongo que también contribuyó a ello la política de la Generalidad Valenciana de no cubrir las vacaciones del personal.

Como he dicho, el ciclo de charlas era de 9 semanas, pero yo asistí a más porque empecé muy pronto. La parte buena es que hice la «formación» completa. La parte mala, que repetí alguna sesión. Es más, repetí la misma charla de nuevo con la primera matrona. En septiembre sólo daba ella las charlas, así que fui a dos sesiones más con ella. Esta vez estuvo más comedida, aunque siguió en su línea. Pero esta vez ya me sabía la respuesta, ¡ja! No tuve tiempo a asistir a más. Porque a mediados de septiembre nació mi Peque.

Más allá del desarrollo de las sesiones, la cuestión es la siguiente: ¿Me sirvieron para algo?

En general sí.  Adquirí multitud de conocimientos y alguna que otra referencia en cuanto a lactancia y post parto que me han sido muy útiles. Por ejemplo, el libro sobre lactancia de Carlos Gonzáles, Un regalos para toda la vida, que me ha ayudado a comprender alguna de las fases por las que hemos atravesado mi Peque y yo durante este año. Y también nos proporcionaron los horarios de los grupos de lactancia de los centros de salud. La gimnasia estuvo bien, aunque en ese aspecto me ayudó más el salir a pasear y las clases de pilates a las que fui durante el segundo trimestre de embarazo.

Pero... no me sirvió llegado el momento del parto.

10 comentarios:

  1. Jajaja, yo podría hablar largo y tendido de esto. Solamente acudí al curso en el primer embarazo. Aprendí algunas cosas, sí, para que negarlo. Pero es que -listilla que es una-, el haber sido bailarina hacía que conociera mi cuerpo y mis respiraciones a la perfección.
    Pero como madre primeriza no me vino mal.

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    1. Como información, ya te digo que no estuvo mal. Pero para la próxima necesitaré algo diferente.

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  2. Yo las empezaré el próximo lunes y aquí son 8 sesiones. ¡Con 33 semanas! Vamos que a la última a lo mejor ni llego.

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    1. Bueno, ya sabes, esa posibilidad existe...Mi Peque nació a las 38 semanas

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  3. Yo las empezaré dentro de poquito, más o menos de tus mismas semanas... A ver que pasa.

    Yo creo que si que te tienen que ayudar, luego cuando estás de parto se te tiene que olvidar todo pero por ir y que me de el aire un rato no pierdo nada.

    Ya os contaré!! un besico

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    1. Es interesante asistir a las clases, claro que sí, pero cómo ya sé de qué van, creo que para el próximo (si lo hay) me buscaré otra alternativa.

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  4. 9 sesiones me parece una cantidad de tiempo terrible! Yo hice la preparación al parto en 1 día, 6 horas, pero sólo 1 día!! Jajajaja

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    1. 9 sesiones de 2h de duración cada una. Si estuviera en la universidad, me pedía que me convalidasen el curso por créditos de libre elección :P
      6 horas? Todo superconcentrado, no? Bueno, aunque si lo pienso bien, si le quitamos la hora de gimnasia, se queda más o menos en eso.

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  5. Yo asistí a pocas porque fuve una recta final del embarazo un pelin comocada. La verdad es que tampoco me sirvieron de muchísimo. Todo eran obviedades y por lo general las matronas daban las clases con desgana. En mi caso las más rancias eran las jóvenes, la más mayor era un encanto, prolactancia y una maravilla de mujer...tuve la gran suerte de que fue la que me tocó en el paritorio.

    Un abrazo!

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    1. Ves, eso hubiese estado bien, que alguna de las matronas de los cursos hubiese sido la del paritorio. Pero no :(

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