viernes, 6 de diciembre de 2013

Iaia

Hoy hace dos años.

Y en estos dos años ha sucedido una de las cosas más bonitas de mi vida: me he convertido en mamá. Y tú habrías sido abuela por cuarta vez.

Estoy segura de que te alegraría muchísimo, y que nos habrías acompañado en todo este tiempo, ayudándonos, dándonos tu cariño y tus consejos.

Seguro que me habrías obligado a comer hígado durante el embarazo "porque tiene mucho hierro". Y me habrías impulsado a moverme más, para que estuviese más fuerte.

Cuando buscábamos el nombre, te habría consultado a ti la primera para conocer tu opinión, creo que incluso antes que al Papá de la criatura. Y estoy convencida que el nombre que hemos elegido te habría gustado (cómo no, ¿verdad?, si es el de tu marido).

Y me habrías calmado como tú sólo sabías hacerlo cuando me asaltaban los nervios, al acercarse el momento, haciendo que los malos pensamientos desapareciesen con sólo una caricia. LaMediana lo hace bastante bien, pero tú lo hacías mejor.

Me imagino tu sonrisa al conocer al pequeñín. Cómo le habrías mecido en tus brazos y cantado nanas. Yo lo intento, pero no las recuerdo completas, me limito a repetir los estribillos. Además, ya sabes que no canto muy bien. Bueno, tu tampoco lo hacías, pero a mí me daba igual. Y al Peque seguro que también, porque estaría con su Iaia.

Una vez con el Peque en casa, le habríamos puesto algún trajecito que le habrías hecho, porque, aunque ya hacía tiempo que no tejías, seguro que le habrías hecho uno, o varios. Y habríamos discutido para que no fuese muy ñoño.

Me habrías dado consejos que yo te habría rechazado y discutido, porque ya sabes que soy muy cabezona, "ahora ya no es así, Mamá, que ya hace más de treinta años que me tuviste a mí, ¿recuerdas?", olvidando que claro que lo sabías y que tuviste tres hijas, y que eras toda una experta.

Cuando las cosas se torcieron en el trabajo, te habrías hecho muchas preguntas, como yo, sin respuesta. O por lo menos sin una respuesta razonable, porque tú, junto al Iaio, me enseñastéis que el trabajo bien hecho tiene su recompensa, aunque ya comprobamos en su día que este mundo ya no funciona así. ¿Por qué iba a haber cambiado 20 años más tarde?

Cuando comencé a darle la comida al Peque me habrías dicho de todo. "¿cómo vas a darle la comida así? A los bebés hay que darles papilas, que si no se atraganta. Pero ¿qué modernidad es ésta?" No te preocupes, tus hijas mayores ya me lo han dicho. Pero ahora cuando ven a su sobri comer cómo lo hace, ¡no veas lo orgullosas que están! Y LaMayor le dijo el otro día "¡pero qué autónomo que estás hecho!" Ya sabes que ella es más práctica. Además, le sale la maestra que lleva dentro.

El día del primer cumple del Peque habría sido un día muy feliz. Lo fue, no lo dudes, pero tuvo algún momento agridulce. Me faltas en las fotos... No tuvimos la tarta de siempre, y faltó la foto con el merengue en la nariz. Pero estuvo toda la familia. ¡Fíjate que tu nieto mayor retrasó su viaje para ver a la novia y se quedó a celebrarlo!

En fin... Hay tantas cosas que han pasado en estos dos años...

Hoy hace dos años. Dos años en que por fin descansas de una enfermedad cruel que poco a poco te fue robando los recuerdos...

Puede que no ya no estés para contarle el cuento del gallo Kirico para ir a dormir. O el de Pulgarcito. O el de la Ratita Presumida. Pero yo haré memoria para que mi hijo disfrute de esos cuentos y, aunque no te haya conocido, tenga un recuerdo tuyo.

Mi madre y yo cuando tenía 1 año
Te quiero, te echo de menos.

11 comentarios:

  1. :) Precioso post y recuerdo.

    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  2. ay, qué bonica de petita, y qué llorera tengo desde el primer párrafo viendo lo presente que sigue estando la iaia en todo y la familia bonita que construyó a su alrededor y que se ha mantenido unida, me ha emocionado, pero con alegría a pesar de todo.

    a veces las circunstancias externas nos hacen olvidar la suerte q hemos tenido y q tenemos en casa,y la suerte más grande aún de seguir encontrándonos con buena gente fuera de ella <3

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es cierto que cuando están no piensas demasiado en ello. Cuando se van (o estas lejos) es cuando te das cuenta cuánto te hacían falta.
      Muchas gracias por tus palabras <3

      Eliminar
  3. Me ha emocionado mucho tu post, he recordado con el mismo cariño que desprende tu historia, a la mía que tampoco me acompaña ya...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué alegría que te haya traído buenos recuerdos, aunque sea de un texto un poco melancólico.
      Gracias!

      Eliminar
  4. Qué plorera!!! Niña que bien escribes. Que bonito y que duro a la vez. Un besote. Rosa

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay madrugadas de insomnio en las que una se pone melancólica y rudo fluye. Muchas gracias, un beso!

      Eliminar
  5. Qué precioso... ¡Y qué forma de llorar! He pasado exactamente por cada uno de esos pensamientos... Ese sabor agridulce de la maternidad y las ausencias. Quiero creer que mi mami me ayuda desde allá donde esté, que me hace tomar las mejores decisiones. Piensa lo orgullosa que estará tu mami de ti, de ver la madraza en que te has convertido.
    Mucho ánimo, bonita, dos años es aún muy poco tiempo... La herida está más que abierta aún.
    Un beso grande

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es poco tiempo sí, aunque con el Peque se pasa muy rápido...
      Sé que ella está conmigo, porque en muchos aspectos soy como ella. Y con la maternidad cada vez más. Digo las mismas frases, hago las mismas cosas...
      Muchas gracias por tu apoyo!

      Eliminar
  6. Precioso post. Ahora con los recuerdos, el Peque puede conocerla de alguna manera.
    Besos especiales.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...