L de laboral

No tenía que haberme dejado esta letra para el final... Solo me sale una palabra con la L, Lactancia. Pero de mi experiencia con la lactancia materna ya escribí, y creo que es demasiado pronto en mi andadura bloguera para empezar a repetirme. Además, todo lo que dije lo mantengo y me reafirmo, tras 18 meses de lactancia.

Así que, aquí me hallo, pensando en palabras relacionadas con la maternidad que empiecen con L. Que podíais pensar que no es una letra difícil,  pero aquí estoy. Solo se me ocurren palabras como lacio, letargo,  lento... Vamos, un horror.

Pensemos...¡Ya está!

Laboral.

1. adj. Perteneciente o relativo al trabajo, en su aspecto económico, jurídico y social.

He hablado algunas veces de mi situación laboral. No elegí en vano elegí el nombre que elegí para el blog. Pero no lo había hecho en este diccionario, y es una parte muy importante relacionada con mi maternidad.

Mi visión del mundo laboral ha cambiado completamente. El sector por el que me muevo, aunque muy relacionado con el mundo educativo, tiene también una vertiente recreativa, ligada al turismo, que hace que por norma general siempre haya tenido que trabajar cuando el resto de la gente tiene vacaciones o festivo. En principio eso no me ha molestado excesivamente, porque no soy amante de las aglomeraciones. Aunque sí que me fastidiaba no poder ir de cena o salir con mis amigos porque me tocaba trabajar al día siguiente y tenía que madrugar.

Excepto ese aspecto, el resto no estaba mal. Uno de los puntos buenos que tenía mi anterior trabajo era que disponía de un horario muy bueno para conciliar vida laboral y vida familiar. Sé que la falta de un horario racional es un handicap para la inmensa mayoría de madres. Pero en mi caso eso no se daba. Jornada intensiva y toda la tarde para mí y los míos. Cuando me quedé embarazada, la conciliación laboral no me preocupaba demasiado.

Pero luego, la situación laboral, que ya había empeorado el año anterior, empeoró aún más. Y llegó el niño. Y llegó el ERE. Y llegó el paro. Bueno, y si lo miras por el lado bueno, seguí sin tener problemas de conciliación laboral. Tenía todo el tiempo del mundo para dedicar a mi pequeñín. Y lo aproveché, no lo dudéis. 

El problema de tener todo el tiempo del mundo y no tener trabajo es que se piensa, mucho. Tuve una crisis existencial. Y básicamente esta crisis radicaba en que por nada del mundo quería trabajar en algo que me hiciese separarme de mi pequeño más de 4 o 5 horas. Puede que en el futuro no me importe pasar tanto o más tiempo fuera de casa a diario. Supongo que cuando vaya al cole. Pero ahora no. Y más después de haber comprobado lo que es pasar 2 días seguidos sin verlo. Vamos, prácticamente inviable. A no ser...

A no ser que haga lo que formalicé ayer... Señoras y señores, tienen ante uds. una mamá emprendedora. ¡Y autónoma! Vamos, una loca.

Mira, esa palabra también empieza por L...