martes, 25 de marzo de 2014

Con 18 meses...

Parece que fue ayer cuando tenía 17 meses...  Al menos, a efectos de blog así lo ha sido,  porque claro,  se me junto un mes con otro.

Mi Peque de 18 meses ya tiene cosquillas. A ver, ya las tenia antes, pero ahora ya sabe en qué consiste el juego y cada vez que me acerco, comienza a reírse. Y me encanta cómo se ríe. Pero lo mejor fue cuando el otro día, le pasamos el aparatejo ese de hacer masajes en la cabeza. ¡Qué cara de gustirrinin! Pues se ve que esa misma sensación se la produce cuando cae el agua, cuando le enjuago la cabeza en el baño, porque pone la misma cara y me pide que le siga echando.

Kit básico de cocinillas para el parque
Otro juego que hemos empezado a jugar en el último mes es a pillar. Es decirle "que te pillo " y se le ríen los huesos como diría un medio manchego que yo conozco. Empieza a andar rápido (porque correr no corre aún,  pero poco le falta) y a buscar un lugar donde esconderse. Una gracia. 

La parte mala es que ese mismo juego lo hace cuando hace algo que no debería. Por ejemplo, jugar con la comida del Goset. Llevamos una lucha constante con ese tema. Si no está en la misma habitación que nosotros y no se le oye, ya sabes donde hay que ir. Y cuando sabe que te acercas, sale corriendo y riendo... En fin, lo conseguiremos algún día. Lo malo es que el que más lo sufre es el perro, que a veces se encuentra comida flotando en su agua. Un santo, el Goset.

Pero su juego favorito, sin duda, es pasar de un recipiente a otro cosas. Preferentemente líquidos. Lo hace en el baño, lo hace en la piscina, y lo hace con los vasos. Normalmente le cortamos el rollo, si estamos comiendo. Pero si hemos acabado, le dejamos que se maneje. Y aunque al principio había más agua fuera que dentro, ahora ya no derrama casi ni gota. A no ser que su objetivo sea derramar el agua, que también puede ser. En el parque, es la tierra lo que pasa de un vaso a otro. Acabamos hasta arriba

Últimamente parece que cuesta un poco más que coma. Mejor dicho, parece que come menos. Porque comer come sin problemas, si tiene hambre, lógicamente. Este me mes, con mi incorporación transitoria al mundo laboral, los horarios de comida han sufrido un poco. A veces nos ha pasado que, por cualquier cosa, ha llegado la hora de la comida y aún no estaba preparada. El recurso para esos casos es la teta. Y claro, si hace una toma, luego la comida no entra. Aunque hay comidas que son un valor seguro, incluso con una toma previa. Como el arroz con costra. Como buen ilicitano.

Sigue sin decir ni mu. Pero el repertorio de sílabas sueltas es completísimo. Sólo falta que las una coherentemente, y ya no habrá quien lo pare. De momento, la que utiliza muy bien y con el sentido correcto es No. Normalmente acompañada de un movimiento de cabeza.
Nononononononononononono

6 comentarios:

  1. qué graciosos se ponen a esta edad! y qué gracioso también lo de "se le ríen los huesos" me lo voy a copiar x)

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    1. Las raíces manchegas de su padre, que hacen que tenga un sin fin de frases curiosas, al menos para mí

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  2. Pues que diga sílabas sueltas ya es bastante. Ya las juntará. Aquí tenemos ganas de que la bichilla comprenda el asunto de las cosquillas para pasarlo en grande.

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  3. Me quedo con las cosquillas, y las risas de esos momentos!

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    1. Es que ver sonreir / reir a un niño es terapéutico!!!

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