sábado, 21 de junio de 2014

Epílogo AZ de la Maternidad

Cuando una se plantea la posibilidad de formar una familia, ya no piensa en otra cosa. Al menos, ese fue mi caso. Da igual que la situación no fuese la mejor, da igual que en mi entorno laboral las cosas estuviesen inestables. Las hormonas mandan, y yo ya las había estado acallando desde hacía bastante tiempo. No se puede decir que hubiese agotado ya mi juventud, pero se acercaba a ciertos límites autoimpuestos.

Fui una típica embarazada: la somnolencia se adueñó de mi ser durante el primer trimestre, durante el segundo desarrollé una torpeza mayor (aún si cabe) de la que ya poseía y para más inri, la ñoñería me hacía repetir frases como ¡ay, qué mono! cada dos por tres. Echando la vista atrás pienso en mi familia y en lo que tuvo que soportar y sólo me queda decirles, de nuevo, gracias.



Mi Peque llegó en septiembre, con dos semanas de adelanto. Tenía prisa en salir, aunque luego parece que se arrepintió en el último momento. A pesar de no ser el parto que me había empeñado en visualizar,  nunca olvidaré su cara, sus manos, su olor en el instante en que nos conocimos. Siempre serás único para mí. 

La vuelta a casa fue un batacazo desde la nube a la que me había encaramado. ¿Y ahora qué? Nadie te prepara para ese momento, nadie te avisa de esa sensación de extrañeza que te asalta al cruzar el umbral de tu casa.  No ayuda que el Goset, ese animal(ico) tan cariñoso y bueno, se girase y me diese la espalda como forma de protesta por mi abandono.  

Mi maternidad llegó con una cicatriz, de la que no pude desprenderme hasta el año de nacer mi Peque. Sacarlo fuera de mí me ayudó a deshacerme de esos fantasmas y desde entonces ya no he vuelto a pensar en ello. Cierto es que la cicatriz sigue ahí, pero ya no se ve, a no ser que la busques. Y yo ya no la busco. 

Desde ese mes de septiembre, soy una primeriza. Y como buena primeriza, las dudas me asaltan constantemente. Una intranquilidad que ya no me abandonará nunca: caídas, fiebres (¡malditos grados Kelvin!), lloros sin razón aparente... O algo tan simple como si es el momento adecuado para enseñarle a recoger los juguetes me genera un mar de dudas. ¡Es increíble! Menos mal que mi Peque es un zampabollos y no me he de preocupar por su alimentación.

Con el paso del tiempo, ya casi dos años (¡!), reconozco que cada vez dedico menos energía a preocuparme por esos temas. Soy una madre DIY, solo que en vez de hacer manualidades, me estoy haciendo a mí misma. Puede que lo haga mejor o peor, pero sé que dedico todos mis esfuerzos en tratar de educar a mi Peque de la mejor manera que sé. 

Desde que estrené en esta nueva faceta, he llenado una maleta de recuerdos, experiencias y sensaciones que atesoraré siempre. Un de los mejores, los momentos de cuentacuentos nocturnos, tratando de reproducir el cuento del gallo Quirico que se fue a la boda de su tío Perico. Aunque sé que nunca lo haré como ella.  

En esa maleta, sólo hay dos cosas que no echaré de menos si se me olvidan: el xilófono, instrumento del demonio que hace que ya no recuerde lo que es el silencio, y el ir acompañada al water, una reivindicación de toda madre que se precie, poder ir sin compañía.

Sé que me queda aún mucho por vivir como madre. En general, puedo decir que esta nueva etapa de mi vida está siendo la más gratificante. Obviamente, no vivo en un mundo de color de rosa, en el que todo es perfecto. De hecho, en ciertos aspectos dista mucho de serlo, pero hay una personita que ayuda a que esos nubarrones negros se disipen. 

Ya no me imagino qué sería de Olga sin él.




PD: Este es mi epílogo al diccionario AZ de la Maternidad. Un carnaval de blogs que me ha hecho descubrir a gente maravillosa y que, en ciertos momentos, me ha animado a continuar escribiendo este blog.

Por eso quiero agradecerles a todas el estar ahí, pero especialmente a Vero, porque un día se le ocurrió esta loca idea y nos embarcó en este precioso proyecto. ¡Ya no te vas a poder librar de nosotras!

12 comentarios:

  1. Olga, qué preciosidad de texto. No dejo de asombrarme por como conseguís una tras otra que las piezas ensambles en el epílogo. Todo cuadra. Y claro, eso es por algo. Vuestro diccionario maternal es el reflejo del camino recorrido como madres.
    Para mí un auténtico lujo haber contado con tu compañía durante este tiempo. Que sepas que no puedo estar más feliz de la letra que tienes asegurada. Tenia que estar, sí o sí. Besotes enormes enormes y GRACIAS

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    1. No te creas, que este no ha sido el primer borrador... El primero era un churro. Pero luego, en el último momento, es verdad que las palabras fueron fluyendo. No hay nada como la presión del último momento,ya me conoces ;-)
      A mi también me gusta la letra que ha salido elegida :-)

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  2. Olga!!! Me hiciste lagrimear con este bello epílogo... Me trajo tantos recuerdos. Rememorar cada palabra elegida. Pensar en todo este tiempo compartiendo este precioso proyecto colectivo. Me encantó!!! Comparto con Vero la felicidad por la letra (y palabra) que tenés en el libro, merecidísima! Te quiero, genia...

    BesAZo enorme

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    1. El tuyo si que fue bello, que me dejas sin palabras cada vez que te leo, guapa!
      Ha sido un año para recordar, por todo lo compartido con vosotras :) Y lo que nos queda.
      Otro besAZo inmenso!

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  3. Me encanta lo que dices de tu cicatriz. Lo dices de pasada, sin hacer mucho énfasis, pero es una frase fantástica. "La cicatriz ya no se ve, porque ya no la busco". Todos llevamos a cuestas una u otra cicatriz, en el cuerpo o en el alma, y es cierto que podemos empeñarnos en mirarlas sin cesar o darnos tregua y dejar de observar esas cicatrices... Dejar que el tiempo las vaya difuminando, aún a sabiendas de que sigue ahí. No vamos a dejar que nos definan nuestras cicatrices sino lo que de ellas aprendimos y nuestros logros...

    ... y lo de la madre DIY, que se hace a sí misma es tan humorístico como honesto. :-)

    Otro epílogo maravilloso. Cada una sacándole punta a su lápiz a su manera... ¡Maravilloso proyecto!

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    1. Ya vi que te gustó ;) Yo lo digo de pasada, pero qué bien que lo has explicado!
      Lo del DIY es la vida misma, tal cual, jajaja!
      Cada día que pasa estoy más orgullosa de participar en este proyecto!
      Un beso!

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  4. Me ha gustado mucho todo como encajan las palabras lo de la cicatriz que dice Nuria y sobre todo que al leeros OS pongo cara alma y corazón. OS quiero

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    1. La verdad es que poder ponerle cara a los post hace que te lleguen un poquito más hondo, si cabe. Un besAZo enorme!

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  5. Me ha encantado como has ido enlazando tus palabras en el epílogo, de manera muy natural, al estilo de un cuento ;)

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    1. Muchas gracias!!! Un honor viniendo de ti, que me alucinas como enlazas las 150 palabras... Que no me atrevo yo con ellas...

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  6. Me ha encantado tu epílogo, que manera más bonita de poner el broche final a este proyectAZo. Coincido con las demás con lo de la cicatriz.... Genial!!!

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    1. Muchas gracias, guapa! Veo que hay unanimidad con la C, jajaja

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