Con 20 meses...

En esta entrada voy a tener que hacer un ejercicio de abstracción. Y es que la sequía bloguera que asoló por un tiempo y que me esfuerzo en superar ha hecho que ni siquiera haya dejado escrito un borrador con ideas sueltas de este periodo.

Repasando el mes anterior, que tampoco publiqué en su momento pero que por lo menos había dejado escrito (ya ves tú, que me costaba darle a enviar en su día) pienso en el mes que cumplió hace ya un mes y medio (es que me va a pillar el toro otra vez, lo veo venir) y la verdad es que no sabría decir en qué momento sucedió tal cosa o tal otra.

Eso me lleva a pensar que mi bebé ha desaparecido definitivamente y ahora tengo un niñito que está sufriendo muchos cambios, sobre todo a nivel cognitivo. Obviamente se nota que ha crecido físicamente, y sí, es verdad, le noto más coordinación y que empieza a ser más consciente de su cuerpo. Pero sobre todo, le noto más curioso y despierto.

Y aunque sigue sin decir ni mu, entendido como mu el castellano o el valenciano, la comunicación va avanzando. Es capaz de responder preguntas sencillas asintiendo o negando, tipo 

¿Vols aigua? / ¿Quieres agua?
¿Vols anar al parc a jugar? ¿Quieres ir al parque a jugar?
¿Vols dormir? ¿Quieres dormir? 

La respuesta más frecuente a las dos primeras preguntas es un ¡Aaah!, asintiendo. A la tercera suele ser un ¡Ah! más seco y rotundo, negando con la cabeza.

También responde a ordenes sencillas como 

Busca la pilota /pelota

En este caso puede que acudan raudos tanto el niño como el perro. O ninguno de los dos. 

Ahora bien,  la comunicación en sentido inverso,  cuando él nos pide algo y nosotros somos los que debemos responder en consecuencia, ya es un poco más complicada. A veces erramos, pero gracias al método ensayo- error vamos avanzando. En estas ocasiones me arrepiento de no haber sido más constante a la hora de enseñarle a signar. Se sentiría menos frustrado por tener a unos padres tan corticos que no le entienden cuando pide algo tan simple como un vaso de agua. Pero el niño ha desarrollado sus recursos

Les llevaré la botella de agua. Así entenderán qué les estoy diciendo.

Y ahí se planta él delante de ti, cargando con la botella de litro y medio, que casi es más grande la botella que él y que en proporción a su tamaño debe pesar un quintal. Y obtiene lo que busca.

Lo que hay que hacer para que le hagan caso a uno

Donde creo que no me equivoqué y de lo que no me arrepentiré jamás es de haber seguido el Baby Led Weaning. En versión libre, eso sí. Ahora mi Peque come de todo. Y no sólo eso,  no tiene miedo a experimentar con todo tipo de comida. Prefiere la verdura a la carne y le chifla la fruta. Cosa que tiene su mérito porque tanto su padre como yo somos más bien carnívoros. Creo que en estos momentos él es el que tiene una dieta más equilibrada de los tres. Aunque eso sí,  ha salido goloso como sus padres.  Y cuando ve que tenemos un arroz con leche o una tarta de chocolate entre manos,  allá que va, cucharilla en mano a reclamar su parte del botín. Tonto no es.

¡Cómo nos vamos a poner este verano con los helados y granizados!